Escríbenos a Contacto@gaiahealthcenter.cl

Controla tu diabetes

La diabetes es una enfermedad crónica en la cual el páncreas deja de producir insulina o esta no es utilizada adecuadamente por los tejidos. La insulina es una hormona secretada por el páncreas y transporta el azúcar de los alimentos que comemos a través de la sangre hacia los tejidos o hacia las células. Si no es posible utilizar de manera eficaz esta insulina o no existe porque no hay producción, lo que se genera es un aumento de azúcar en la sangre.

La diabetes se puede prevenir

Debes realizarte exámenes, si tienes más de 35 años y presentas algunas de las siguientes características:

HCUCH Sobrepeso u obesidad

HCUCH Familiares de primer grado con diabetes

HCUCH Trastorno del colesterol

HCUCH Sedentarismo

HCUCH Hipertensión arterial

HCUCH Historia de diabetes gestacional

HCUCH Enfermedad cardiovascular

HCUCH Prediabetes (glicemia en ayunas alterada y/o intolerancia a la glucosa)

En etapas más avanzadas, los valores de glicemia pueden ser elevadas y generar otros síntomas:

HCUCH Aumento de la sed

HCUCH Necesidad de orinar en forma frecuente, en especial en las noches.

HCUCH Excesivo apetito, pero con baja de peso

HCUCH Disminución de la agudeza visual

Prediabetes

Físicamente los pacientes con riesgo de desarrollar diabetes tienen sobrepeso u obesidad. Presentan una distribución de grasa predominantemente abdominal o del tronco superior, hiperpigmentación en pliegues cervicales y en las axilas, y presencia de lunares de carne en el cuello.

¿Existe la prediabetes?

Sí existe. Parece un término coloquial o poco científico, pero es correcto e identifica a un grupo de personas con mayor riesgo de tener diabetes. Las personas con prediabetes tienen niveles elevados de glucosa en la sangre, sobre lo normal, pero no en rango de diabetes, lo que obviamente involucra un mayor riesgo de tener diabetes.

¿Cómo se diagnóstica la prediabetes?

Con exámenes de sangre. Puede ser con una glicemia de ayunas, una prueba de tolerancia a la glucosa o hemoglobina glicosilada.

¿Qué debo hacer si tengo prediabetes?

  •  Las personas con prediabetes pueden retrasar o prevenir la diabetes.
  • No todas las personas con prediabetes tendrán diabetes, pero muchas la tendrán, si no hacen cambios en el estilo de vida.
  • Mantén un estilo de vida saludable, llevando una alimentación sana no procesada y realizando actividad física regularmente.
  • Trata de mantener un peso cercano a lo normal.Algunas personas con esta condición deben utilizar además medicamentos.
  • Es muy importante realizar controles periódicos con médico y nutricionista.

Tipos de diabetes

Diabetes tipo 1

El páncreas deja de producir insulina con el tiempo, pero principalmente es desencadenada por anticuerpos, que son proteínas que nosotros mismos producimos, pero que destruyen las células del páncreas. Por ende, a medida que pasan los años, este órgano se va destruyendo y va secretando una menor cantidad de insulina hasta dejar de producir.

Causas: Tiene un origen autoinmune. Los pacientes que tienen diabetes tipo 1 nacen con una predisposición genética, la cual está presente toda la vida y en algún momento se puede desencadenar la enfermedad a través de un gatillante como una infección respiratoria, un cuadro viral, un cuadro emocional fuerte y que ocasiona la presencia de anticuerpos, los que van a ir destruyendo el páncreas de a poco.

Síntomas:

  •  Sed anormal y boca seca
  •  Pérdida de peso involuntaria
  • Micción frecuente
  • Falta de energía, cansancio 
  • Hambre constante
  •  Visión borrosa
  • Enuresis nocturna (orinar)

Tratamiento: Las personas diagnosticadas con diabetes tipo 1 son insulinodependientes, es decir, deben inyectarse insulina de por vida antes de cada comida para contrarrestar un alza de azúcar en el torrente sanguíneo.

Algunas consecuencias de no seguir el tratamiento:

● Cetoacidosis: Acumulación de sustancias tóxicas como las cetonas, las que intervienen en el metabolismo propio de la regulación y el equilibrio del cuerpo. Los pacientes presentan alteración en su respiración, deshidratación, incluso hay riesgo de muerte.

● Síndrome hiperosmolar hiperglucémico: Consiste en un nivel extremadamente alto de azúcar en la sangre, a veces sin la presencia de cetonas, lo cual puede producir shock, formación de coágulos de sangre, hinchazón del cerebro (edema cerebral), un aumento del nivel de ácido en la sangre (acidosis láctica), entre otras complicaciones.

● Daño en vasos sanguíneos pequeños como los ubicados en los ojos, en el cerebro, en el riñón, en los pies o en el corazón, lo cual genera retinopatía, nefropatía y/o neuropatía diabética, entre otras.

Enfermedades autoinmunes asociadas más frecuentes:

● Hipotiroidismo

● Hipertiroidismo

● Enfermedad celíaca

● Vitiligo

Diabetes tipo 2

La insulina producida por el páncreas no es bien utilizada por las células, lo cual se conoce como resistencia a la insulina. Nuestro páncreas secreta altas cantidades de insulina cada vez que comemos carbohidratos para que no suba el azúcar en sangre. Entonces, el páncreas al secretar insulina en forma constante hace que su función se agote en el tiempo y disminuya la secreción de esta hormona a largo plazo, teniendo como consecuencia niveles elevados de azúcar en la sangre (superiores a 100 mg/dL).

Causas: La resistencia a la insulina es producida por trastornos como el sobrepeso, la obesidad, malos hábitos de alimentación, sedentarismo y también antecedentes familiares como predisposición. En general, la diabetes es una enfermedad asintomática (no tiene síntomas), por eso la importancia de detectarla a tiempo en etapas tempranas y no cuando los síntomas evidencian una diabetes descompensada y eventual presencia de daño en los órganos de nuestro cuerpo.

Cuando la diabetes está descompensada o no bien tratada aparecen los siguientes síntomas de alerta:

  •  Sed excesiva y boca seca
  •  Micción frecuente
  • Falta de energía, cansancio
  • Cicatrización tardía de heridas
  •  Infecciones recurrentes de la piel
  • Visión borrosa
  • Hormigueo o entumecimiento en manos y pies

Tratamiento: Las personas diagnosticadas con diabetes tipo 2 pueden necesitar medicación no insulínica (oral o inyectable) para mantener inicialmente sus niveles de glucosa en sangre. Si los medicamentos no insulínicos no son suficientes para satisfacer dicha función, algunos pacientes podrían acceder a una terapia combinada al necesitar inyecciones de insulina.

La alimentación que protege de la diabetes

La evidencia en la actualidad apunta a que los productos ultraprocesados son los principales responsables del aumento de las cifras de exceso de peso y de diabetes en la población nacional y mundial, por lo que la primera acción individual para una actitud preventiva y proactiva debe partir por limitar al máximo posible su consumo.

Las complicaciones de la diabetes

El adecuado control de la diabetes y los niveles de glucosa en la sangre pueden disminuir el riesgo de desarrollar complicaciones o afecciones coexistentes, complicaciones que con el tiempo pueden ser mortales o discapacitantes. Recuerda volver a control con tu médico, mejora la adherencia a tus medicamentos y realiza una vida saludable.

La diabetes gestacional

Es importante tener hábitos saludables para lograr una buena calidad de vida y disfrutar de un embarazo y parto sin complicaciones. El azúcar alto en la sangre (glicemia elevada) es la complicación más común durante el embarazo. Es importante manejar esto para evitar riesgos en la madre y el hijo.

Recomendaciones preventivas

  • Mantener un peso corporal sano.
  • Realizar actividad física; dejar de ser sedentario(a). Al menos 150 minutos a la semana, no dejar más de 48 horas sin actividad y sesiones de resistencia y ejercicio aeróbico.
  •  Alimentación saludable. Preferir alimentos de origen natural o de poco procesamiento; consultar con un nutricionista.
  •  Detección precoz en etapas asintomáticas desde los 35 años. Si los resultados de los exámenes están en parámetros normales, se recomienda repetirlos cada 3 años.
  •  Pruebas de tamizaje en todo paciente con sobrepeso u obesidad, factores de riesgo como hipertensión arterial, trastorno de colesterol, diabetes gestacional, ovario poliquístico, entre otros, de forma anual.

Vivir con diabetes después de los 65 años

Con el diagnóstico y tratamiento oportuno las personas de 65 y más años que viven con diabetes podrán gozar de una buena calidad de vida en esta etapa y preservar su independencia para realizar las actividades que quieren disfrutar. Los adultos mayores tienen mayor riesgo de presentar complicaciones derivadas de la diabetes mal controlada, como hipertensión arterial, enfermedad renal e infartos al corazón y al cerebro.

Especial Accidente cerebrovascular o ACV

¿Qué es el accidente cerebrovascular o ACV?

El accidente cerebrovascular o ACV es una patología frecuente y causa alta mortalidad y mucha discapacidad en la población que lo padece. Ocurre cuando algún vaso sanguíneo del cerebro se tapa o se rompe. Cuando se tapa, habitualmente por coágulos, da lugar a un infarto cerebral y cuando se rompe, a una hemorragia.

Los síntomas dependen del lugar del cerebro que se ve afectado. Si se daña el lado derecho del cerebro, la persona experimentará síntomas en el lado izquierdo del cuerpo y viceversa. Por otro lado, si afecta a las áreas del lenguaje, usualmente ubicadas en el lado izquierdo del cerebro, la persona experimentará problemas para hablar; o si presenta daño de las áreas visuales (ubicadas en la parte de atrás del cerebro), la persona presentará problemas para ver.

¿Cuáles son los signos de un ACV?
 Cuando aparecen síntomas neurológicos de manera brusca. Si los síntomas demoran días o semanas en instalarse, lo más probable es que NO corresponda a un ACV.

hcuch

¿Qué hacer frente a la sospecha de un ACV?

Cuando se tapa una arteria, el área cerebral que depende de ella se va a dañar. Sin embargo, no se daña todo de una vez. Al principio la lesión es pequeña, pero a medida que pasan los minutos y las horas, esta va creciendo. Por cada minuto que pasa mueren 2 millones de neuronas. Por eso, el tratamiento del ACV debe ser lo más precoz posible. Entre más precoz sea la intervención, una mayor cantidad de neuronas se van a poder rescatar y mejores serán los resultados. Si se espera mucho tiempo, los tratamientos no serán efectivos y es posible que el paciente quede con secuelas severas.

Por lo tanto:

 Ante síntomas, acudir prontamente a un servicio de urgencias.

 No administrar ningún tipo de fármaco al paciente.

¿Cómo se trata el ACV?

En el caso del infarto cerebral (cuando se tapa la arteria) se pueden aplicar dos tipos de tratamiento:

• Hasta 4 horas y ½ después de iniciados los síntomas, se puede administrar un medicamento que disuelve los coágulos que han tapado la arteria.

• Hasta 6 horas después de iniciados los síntomas, se puede introducir un catéter a través de la ingle para llegar hasta las arterias del cerebro con el fin de destaparlas (similar al procedimiento que se realiza para destapar una cañería).

En el caso de la hemorragia cerebral (cuando se rompe la arteria) no existen tratamientos específicos. En algunos casos se puede realizar una cirugía para remover el hematoma, o en otros casos, si el hematoma bloquea la circulación interna del líquido cerebral se puede facilitar su drenaje mediante la instalación de un catéter en el cerebro. En cualquiera de los dos casos (infarto o hemorragia), la hospitalización en la unidad de tratamiento del ataque cerebrovascular (UTAC) permite manejar a estos pacientes de la manera más adecuada, evitar complicaciones y producir mejores resultados a largo plazo.

La UTAC corresponde a un espacio físico dentro del hospital, similar a la unidad coronaria en el infarto del corazón, donde existen profesionales de distintas disciplinas (enfermeras, TENS, neurólogos, fonoaudiólogos, kinesiólogos, etc) que trabajan de manera coordinada para ofrecer la mejor atención a estos pacientes

Senior woman in hospital office looking at brain ct-scan while discussing with doctor about diagnosis. Sick young woman and elderly medic with grey hair in clinic corridor.

Cuáles son sus síntomas?

Los síntomas dependen del lugar del cerebro que se ve afectado. Si se daña el lado derecho del cerebro, la persona experimentará síntomas en el lado izquierdo del cuerpo y viceversa. si afecta a las áreas del lenguaje, usualmente ubicadas en el lado izquierdo del cerebro, la persona experimentará problemas para hablar. Si presenta daño de las áreas visuales (ubicadas en la parte de atrás del cerebro), la persona presentará problemas para ver.

¿Cuáles son los factores de riesgo y/o conductas de riesgo para presentar un ACV?

hcuch La hipertensión arterial, especialmente cuando el tratamiento no es adecuado.

hcuch El sedentarismo y la dieta pobre en vegetales.

hcuch La diabetes y el colesterol elevado.

hcuch El tabaquismo.

hcuch Existen muchos otros, pero los nombrados son los principales.

¿Cómo se puede prevenir un ACV?

hcuch Controlar la hipertensión arterial.

hcuch Llevar una dieta mediterránea, baja en grasas saturadas.

hcuch Controlar la diabetes y el colesterol mediante tratamiento adecuado.

hcuch Eliminar el uso del tabaco.

hcuch La aspirina está recomendada sólo después de que el paciente ya ha sufrido un infarto cerebral o un infarto cardíaco, no como prevención.

¿Por qué las mujeres sufren más trastornos de salud mental?

La última publicación del Termómetro de la Salud Mental reveló que las mujeres muestran niveles más preocupantes asociados a su salud mental versus los hombres. Según sus datos, un 34,6% de las chilenas declara vivir en un estado moderado o severo de ansiedad, una cifra que va acompañada de síntomas de preocupación excesiva, problemas para relajarse, inquietud, angustia, enojo, entre otros. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 26% de las mujeres presentará un episodio depresivo a lo largo de su vida, frente al 12% de los hombres.

Y es que ser mujer se considera un factor de riesgo cuando hablamos de salud mental. Sin embargo, esto no es casualidad, pues existen factores biológicos y sociales que inciden en que el sexo femenino tenga mayor prevalencia de padecer trastornos mentales. Fernanda Pulgar, psicológica de nuestro Hospital Clínico Universidad de Chile menciona que, “las mujeres tienen mayor predisposición para tener peor salud mental por un componente biológico propio de las hormonas y por un componente cultural, porque siempre la sociedad nos permea y espera que tengamos labores y responsabilidad distintas de las que se esperan en los hombres”.

Las exigencias y demandas que se le hacen a las mujeres en términos de conciliación con el trabajo, la maternidad, su rol de cuidadoras y parejas, que se extrapolan con el trabajo doméstico que muchas veces no es compartido, contribuyen a una mayor presión y una percepción sesgada. “Las mujeres son mayoritariamente las encargadas de cuidar de sus familias, ya sea de hijos pequeños o de adultos mayores, lo que significa que llevan una doble jornada, y a veces incluso una triple. Esto se vio intensificado durante la pandemia, ya que las mujeres asumían la mayor parte de las responsabilidades domésticas en comparación con los hombres. Aunque esta dinámica está cambiando gradualmente, sigue existiendo una disparidad. Además, surge lo que se ha denominado recientemente como la carga mental, que se refiere a tener en mente todas las tareas y responsabilidades, tanto familiares, como de cumpleaños o compras, que a menudo no se comparten con la pareja”.

Todos estos factores, contribuyen a que exista una mayor vulnerabilidad de salud mental en mujeres. Si hablamos de estadísticas, de acuerdo a la misma encuesta, un 25,1% de las mujeres presenta trastornos de salud mental, mientras que en hombres es un 17,5%. La depresión en general mantiene números más o menos estables en términos de proporción, pero sigue teniendo mayor prevalencia en mujeres con un 20.2%. En términos de ansiedad, es un 30% en mujeres y un 22% en hombres, y así se desglosa que la mayoría de las patologías de salud mental afectan más al sexo femenino.

Cuadros depresivos en mujeres

La psicóloga Pulgar explica que, para desarrollar depresión, se requiere tanto un componente biológico como emocional, al igual que para su tratamiento. Esta afección se manifiesta cuando se experimenta consistentemente un estado de ánimo bajo. Si bien, todos somos susceptibles a episodios depresivos, esto no significa que estemos deprimidos todo el tiempo. Sin embargo, durante períodos difíciles, especialmente si hay mucha presión, escaso apoyo, dificultades económicas o problemas en las relaciones interpersonales, es más probable que ocurran cuadros depresivos.

“Para diagnosticar depresión se deben cumplir ciertos criterios sintomáticos que implican dificultades significativas para llevar a cabo las actividades cotidianas, y no, no es suficiente que simplemente te digan ‘ponle ganas’ o ‘ánimo’. Todo parece requerir un esfuerzo mayor y la presión social puede exacerbar esta sensación, especialmente cuando uno está más vulnerable. En estos momentos contar con una red de apoyo sólida es fundamental. Es esencial tener a alguien en quien apoyarse para las tareas diarias y también para hablar sobre lo que se está experimentando. En particular en el caso de la maternidad, es donde a menudo las mujeres pueden sentirse solas. Tener un hijo pequeño y pasar el día en un departamento sin compañía puede aumentar el riesgo de depresión. La falta de apoyo y la sensación de estar atrapada en espacios reducidos pueden contribuir al desarrollo de problemas psiquiátricos más complejos”, detalló.

¿Cuáles son las señales de alerta?

Antes de que ocurra un cuadro clínico depresivo o ansioso, existen señales de alerta que pueden indicar la necesidad de buscar ayuda o intervención temprana:

• Verbalizar menos los problemas

• Estar lábil emocionalmente

• Bajones de ánimo que se sostienen con el tiempo

• Irritabilidad

• Descuido personal

• Aumento o falta de apetito

• Dormir mucho o tener insomnio

Mindfulness como herramienta en el manejo del dolor crónico

Cuando estamos pasando por etapas difíciles es probable que no nos sea fácil estar relajados. De modo esperable, nuestra mente y cuerpo podrán estar en un estado de alerta constante, intentando resolver con dificultad lo que está pasando. Esto sucede a lo largo del día y muchas veces continúa en la noche haciendo que nuestro sueño no sea reparador. Todo esto puede incidir en que nuestro dolor y fatiga aumenten.

Aprender a relajarse es muy importante y se puede lograr a través de actividades simples como leer un libro, bailar, realizar labores en la casa que nos gusten, escuchar música, cantar, dibujar, etc., nos comenta la psicóloga Paula Arriagada de la Unidad de Tratamiento del Dolor.

Una herramienta muy útil en el manejo del dolor crónico es el mindfulness. Mindfulness es una palabra que se usa para designar estados de conciencia dónde podemos estar en “atención plena”.  Esto implica llevar nuestra atención de modo deliberado, sin juicio, al momento presente a través de un conjunto de técnicas de relajación y meditación que fueron creadas para disminuir el estrés y aliviar los síntomas de las enfermedades crónicas.

¿Cómo es útil el mindfulness en el manejo del dolor crónico?

 Disminuye la tensión corporal.

Cuando estamos pasando por etapas difíciles es probable que no nos sea fácil estar relajados. De modo esperable, nuestra mente y cuerpo podrán estar en un estado de alerta constante, intentando resolver con dificultad lo que está pasando. Esto sucede a lo largo del día y muchas veces continúa en la noche haciendo que nuestro sueño no sea reparador. Todo esto puede incidir en que nuestro dolor y fatiga aumenten. El mindfulness nos ayuda a tener más control sobre donde ponemos la atención para evitar sólo focalizarnos en las zonas que duelen.

 Disminuye el “pensamiento rumiante” o el darle vueltas incansablemente en nuestra mente a los asuntos que nos preocupan.

 Ayuda a aceptar la experiencia de la enfermedad y aprender a vivir mejor con ella.

 Ayuda a conocer a fondo sus gatillantes para generar estrategias efectivas para prevenirlos.

 Disminuye la carga emocional y el estrés que produce por sí mismo el dolor crónico.
 
Existen numerosas investigaciones que han demostrado la efectividad del mindfulness en el control del dolor crónico y agudo. Así́ mismo, también demuestran que mejoran el estado de ánimo y calidad de vida de personas con enfermedades crónicas y les permite manejar mejor los estresores externos e internos.

Algunas técnicas de mindfulness para implementar en casa

 Respiración consciente
Focalizar unos minutos la atención en la respiración durante el día podrá ser de gran ayuda para aumentar la conexión con los estados corporales y disminuir la rumiación mental. Puede iniciar haciendo tres respiraciones profundas para después quedarse unos minutos respirando normalmente y poniendo toda la atención en las sensaciones físicas que el aire provoca cuando entra y sale de tu cuerpo. Puede observar las sensaciones que el aire provoca en las fosas nasales o cómo se mueven rítmicamente los costados de su tórax o abdomen cuándo entra y sale el aire.  Si la mente trae preocupaciones o pensamientos, intente darse cuenta de ello y volver una y otra vez a focalizar en las sensaciones físicas de la respiración. No es necesario que los pensamientos se vayan, solo ponga su esfuerzo en darse cuenta cuando ellos llegan para volver a poner el foco en las sensaciones físicas de la respiración.

 Respiración de los tres pasos
Este ejercicio de respiración lo puede hacer varias veces en el día. Primero tome aire lentamente por la nariz, dejando que sea el abdomen el que se distiende al tomar aire en vez del pecho.  Luego haga una pequeña pausa, sosteniendo la respiración para después dejar salir lentamente el aire por la boca (inhala – pausa – exhala). También puede inspirar contando tres, mantener contando tres y exhalar contando tres.  Esta respiración puede serle de mucha utilidad en momentos en que se sienta particularmente estresado.

 Entrar conscientemente al día
Es habitual que al despertar en la mañana inmediatamente pensemos sobre lo que tenemos que hacer, prendamos la televisión o nos ocupemos rápidamente de tareas domésticas y/o laborales. Resulta importante darse unos minutos para tomar conciencia de cómo nos sentimos, cómo está nuestro cuerpo y qué nos ayudaría a llevar mejor el día. Esto puede tomarnos entre 5 a 10 minutos.

 Detenerse, observar y respirar
Durante el día y de modo regular haga pausas donde pueda tomar conciencia del estado de su cuerpo y de su mente.  Al detenerse, ponga su atención en su postura, la posición de cabeza y cuello. Si tiene tensión en las mandíbulas, si siente sed, si hay zonas de su cuerpo más relajadas u otras más tensas, etc.
Junto a esto, realice tres respiraciones profundas, tomando aire por la nariz y botando por la boca, intentando poner su atención en las sensaciones físicas más que en los pensamientos.
Luego ponga la atención en intentar soltar y relajar conscientemente las zonas en que le sea posible hacerlo, ayudándose con la exhalación. Intente hacer este ejercicio varias veces en el día. Para esto puede servir poner una alarma.

 Estirar y articular
Cada cierto tiempo en el día, dése espacios para estirarse y mover suavemente las articulaciones. Para esto, podría cambiar el lugar en que está habitualmente, si es posible en el exterior o frente a una ventana y hacer algunos estiramientos y rotaciones suaves de las distintas partes de su cuerpo. Junto con a esto, intente poner toda su atención en el cuerpo y sus necesidades a la vez que respira profundo e intenta poder focalizar en cómo se mueve su cuerpo y qué sensaciones le son más placenteras y le ayudan a relajar tensiones. Si vienen muchos pensamientos o preocupaciones, intente dejarlos pasar y centrarse en su cuerpo. Recuerde que cada movimiento debe ser suave y no debe doler. Si le cuesta acordarse, puede programar una alarma que se lo recuerde.

Ir al contenido