La Kinesiología neurológica o Neurokinesiología es el área que se encarga de analizar, diagnosticar y tratar los trastornos producidos por una patología del sistema nervioso.
Entre los principales casos clínicos se encuentran: el accidente cerebrovascular (ACV), el traumatismo encefalocraneano, la lesión medular, la enfermedad de Parkinson y la esclerosis múltiple.
Por medio de la evaluación diagnóstica se determina el problema que afecta la funcionalidad motora de la persona que padece un trastorno en el sistema nervioso.
¿Para qué sirve la kinesiología neurológica?
La Kinesiología neurológica tiene como objetivo ayudar a las personas con dichas patologías, a reinsertarse en su vida familiar y laboral.
Para ello, se trabaja en recuperar o mejorar la funcionalidad motora para las actividades de la vida diaria.
Kinesiología neurológica en adultos
La Kinesiología neurológica en adultos trabaja con pacientes que presentan daños en el sistema nervioso central para mejorar sus cuadros.
El tratamiento persiste hasta que el paciente se estabiliza, y el terapeuta observa que llegó al límite de mejora o hasta que se logran los objetivos planteados inicialmente junto a la familia.
Kinesiología neurológica infantil
La Kinesiología neurológica infantil trabaja con bebés o niños que padecen trastornos en el sistema nervioso, brindándoles apoyo en la prevención, estimulación y recuperación.
En bebés, está destinada a recién nacidos o prematuros que presentan enfermedades adquiridas o congénitas.
Mientras que el tratamiento en niños se basa en una derivación del médico pediatra o neurólogo al kinesiólogo, ante deficiencias de coordinación, concentración o inseguridad.
Tratamientos y rehabilitación
El tratamiento de Kinesiología neurológica consiste en un plan de reeducación sensorio motriz.
Se busca resolver el problema con instrumentos terapéuticos eficaces aplicados por el profesional.
En primer lugar, se efectúa la reeducación sensorio motriz que dura hasta que el paciente se recupera o llega a su límite de mejoría.
Luego se le brinda un plan de actividad física para lograr mantener la funcionalidad conseguida durante el tratamiento.
Terapia física vestibular
En la terapia física vestibular o TFV el profesional ayuda al paciente a disminuir o eliminar mareos, estabilizar el control postural y el equilibrio.
Se trata de una terapia efectiva para los síntomas asociados a trastornos vestibulares del oído interno y equilibrio.
Además, permite tratar problemas secundarios tales como náuseas, vómitos, disminución de la concentración, fatiga, entre otros.
Actividad física del paciente neurológico
Cuando el paciente termina con el plan de tratamiento o se encuentra en una etapa crónica sin intervención kinesiológica, debe iniciar actividad física.
Esta tiene como objetivo mantener la recuperación neuromotora que ha logrado durante el tratamiento.
En ella se trabaja en los patrones de movimiento y equilibrio, así como también, se busca mejorar su condición cardiovascular.
Kinesiología gerontológica en personas mayores
Se trata de un tratamiento destinado a pacientes de más de 60 años que padecen trastornos de equilibrio debido al envejecimiento fisiológico o patológico.
Actividad física en adultos mayores
Una vez finalizado el tratamiento, el adulto mayor debe comenzar con actividad física para mantener el balance, desempeñarse en ambientes y enfocarse.
La diabetes es una enfermedad crónica en la cual el páncreas deja de producir insulina o esta no es utilizada adecuadamente por los tejidos. La insulina es una hormona secretada por el páncreas y transporta el azúcar de los alimentos que comemos a través de la sangre hacia los tejidos o hacia las células. Si no es posible utilizar de manera eficaz esta insulina o no existe porque no hay producción, lo que se genera es un aumento de azúcar en la sangre.
La diabetes se puede prevenir
Debes realizarte exámenes, si tienes más de 35 años y presentas algunas de las siguientes características:
Sobrepeso u obesidad
Familiares de primer grado con diabetes
Trastorno del colesterol
Sedentarismo
Hipertensión arterial
Historia de diabetes gestacional
Enfermedad cardiovascular
Prediabetes (glicemia en ayunas alterada y/o intolerancia a la glucosa)
En etapas más avanzadas, los valores de glicemia pueden ser elevadas y generar otros síntomas:
Aumento de la sed
Necesidad de orinar en forma frecuente, en especial en las noches.
Excesivo apetito, pero con baja de peso
Disminución de la agudeza visual
Prediabetes
Físicamente los pacientes con riesgo de desarrollar diabetes tienen sobrepeso u obesidad. Presentan una distribución de grasa predominantemente abdominal o del tronco superior, hiperpigmentación en pliegues cervicales y en las axilas, y presencia de lunares de carne en el cuello.
¿Existe la prediabetes?
Sí existe. Parece un término coloquial o poco científico, pero es correcto e identifica a un grupo de personas con mayor riesgo de tener diabetes. Las personas con prediabetes tienen niveles elevados de glucosa en la sangre, sobre lo normal, pero no en rango de diabetes, lo que obviamente involucra un mayor riesgo de tener diabetes.
¿Cómo se diagnóstica la prediabetes?
Con exámenes de sangre. Puede ser con una glicemia de ayunas, una prueba de tolerancia a la glucosa o hemoglobina glicosilada.
¿Qué debo hacer si tengo prediabetes?
Las personas con prediabetes pueden retrasar o prevenir la diabetes.
No todas las personas con prediabetes tendrán diabetes, pero muchas la tendrán, si no hacen cambios en el estilo de vida.
Mantén un estilo de vida saludable, llevando una alimentación sana no procesada y realizando actividad física regularmente.
Trata de mantener un peso cercano a lo normal.Algunas personas con esta condición deben utilizar además medicamentos.
Es muy importante realizar controles periódicos con médico y nutricionista.
Tipos de diabetes
Diabetes tipo 1
El páncreas deja de producir insulina con el tiempo, pero principalmente es desencadenada por anticuerpos, que son proteínas que nosotros mismos producimos, pero que destruyen las células del páncreas. Por ende, a medida que pasan los años, este órgano se va destruyendo y va secretando una menor cantidad de insulina hasta dejar de producir.
Causas: Tiene un origen autoinmune. Los pacientes que tienen diabetes tipo 1 nacen con una predisposición genética, la cual está presente toda la vida y en algún momento se puede desencadenar la enfermedad a través de un gatillante como una infección respiratoria, un cuadro viral, un cuadro emocional fuerte y que ocasiona la presencia de anticuerpos, los que van a ir destruyendo el páncreas de a poco.
Síntomas:
Sed anormal y boca seca
Pérdida de peso involuntaria
Micción frecuente
Falta de energía, cansancio
Hambre constante
Visión borrosa
Enuresis nocturna (orinar)
Tratamiento: Las personas diagnosticadas con diabetes tipo 1 son insulinodependientes, es decir, deben inyectarse insulina de por vida antes de cada comida para contrarrestar un alza de azúcar en el torrente sanguíneo.
Algunas consecuencias de no seguir el tratamiento:
● Cetoacidosis: Acumulación de sustancias tóxicas como las cetonas, las que intervienen en el metabolismo propio de la regulación y el equilibrio del cuerpo. Los pacientes presentan alteración en su respiración, deshidratación, incluso hay riesgo de muerte.
● Síndrome hiperosmolar hiperglucémico: Consiste en un nivel extremadamente alto de azúcar en la sangre, a veces sin la presencia de cetonas, lo cual puede producir shock, formación de coágulos de sangre, hinchazón del cerebro (edema cerebral), un aumento del nivel de ácido en la sangre (acidosis láctica), entre otras complicaciones.
● Daño en vasos sanguíneos pequeños como los ubicados en los ojos, en el cerebro, en el riñón, en los pies o en el corazón, lo cual genera retinopatía, nefropatía y/o neuropatía diabética, entre otras.
Enfermedades autoinmunes asociadas más frecuentes:
● Hipotiroidismo
● Hipertiroidismo
● Enfermedad celíaca
● Vitiligo
Diabetes tipo 2
La insulina producida por el páncreas no es bien utilizada por las células, lo cual se conoce como resistencia a la insulina. Nuestro páncreas secreta altas cantidades de insulina cada vez que comemos carbohidratos para que no suba el azúcar en sangre. Entonces, el páncreas al secretar insulina en forma constante hace que su función se agote en el tiempo y disminuya la secreción de esta hormona a largo plazo, teniendo como consecuencia niveles elevados de azúcar en la sangre (superiores a 100 mg/dL).
Causas: La resistencia a la insulina es producida por trastornos como el sobrepeso, la obesidad, malos hábitos de alimentación, sedentarismo y también antecedentes familiares como predisposición. En general, la diabetes es una enfermedad asintomática (no tiene síntomas), por eso la importancia de detectarla a tiempo en etapas tempranas y no cuando los síntomas evidencian una diabetes descompensada y eventual presencia de daño en los órganos de nuestro cuerpo.
Cuando la diabetes está descompensada o no bien tratada aparecen los siguientes síntomas de alerta:
Sed excesiva y boca seca
Micción frecuente
Falta de energía, cansancio
Cicatrización tardía de heridas
Infecciones recurrentes de la piel
Visión borrosa
Hormigueo o entumecimiento en manos y pies
Tratamiento: Las personas diagnosticadas con diabetes tipo 2 pueden necesitar medicación no insulínica (oral o inyectable) para mantener inicialmente sus niveles de glucosa en sangre. Si los medicamentos no insulínicos no son suficientes para satisfacer dicha función, algunos pacientes podrían acceder a una terapia combinada al necesitar inyecciones de insulina.
La alimentación que protege de la diabetes
La evidencia en la actualidad apunta a que los productos ultraprocesados son los principales responsables del aumento de las cifras de exceso de peso y de diabetes en la población nacional y mundial, por lo que la primera acción individual para una actitud preventiva y proactiva debe partir por limitar al máximo posible su consumo.
Las complicaciones de la diabetes
El adecuado control de la diabetes y los niveles de glucosa en la sangre pueden disminuir el riesgo de desarrollar complicaciones o afecciones coexistentes, complicaciones que con el tiempo pueden ser mortales o discapacitantes. Recuerda volver a control con tu médico, mejora la adherencia a tus medicamentos y realiza una vida saludable.
La diabetes gestacional
Es importante tener hábitos saludables para lograr una buena calidad de vida y disfrutar de un embarazo y parto sin complicaciones. El azúcar alto en la sangre (glicemia elevada) es la complicación más común durante el embarazo. Es importante manejar esto para evitar riesgos en la madre y el hijo.
Recomendaciones preventivas
Mantener un peso corporal sano.
Realizar actividad física; dejar de ser sedentario(a). Al menos 150 minutos a la semana, no dejar más de 48 horas sin actividad y sesiones de resistencia y ejercicio aeróbico.
Alimentación saludable. Preferir alimentos de origen natural o de poco procesamiento; consultar con un nutricionista.
Detección precoz en etapas asintomáticas desde los 35 años. Si los resultados de los exámenes están en parámetros normales, se recomienda repetirlos cada 3 años.
Pruebas de tamizaje en todo paciente con sobrepeso u obesidad, factores de riesgo como hipertensión arterial, trastorno de colesterol, diabetes gestacional, ovario poliquístico, entre otros, de forma anual.
Vivir con diabetes después de los 65 años
Con el diagnóstico y tratamiento oportuno las personas de 65 y más años que viven con diabetes podrán gozar de una buena calidad de vida en esta etapa y preservar su independencia para realizar las actividades que quieren disfrutar. Los adultos mayores tienen mayor riesgo de presentar complicaciones derivadas de la diabetes mal controlada, como hipertensión arterial, enfermedad renal e infartos al corazón y al cerebro.
El accidente cerebrovascular o ACV es una patología frecuente y causa alta mortalidad y mucha discapacidad en la población que lo padece. Ocurre cuando algún vaso sanguíneo del cerebro se tapa o se rompe. Cuando se tapa, habitualmente por coágulos, da lugar a un infarto cerebral y cuando se rompe, a una hemorragia.
Los síntomas dependen del lugar del cerebro que se ve afectado. Si se daña el lado derecho del cerebro, la persona experimentará síntomas en el lado izquierdo del cuerpo y viceversa. Por otro lado, si afecta a las áreas del lenguaje, usualmente ubicadas en el lado izquierdo del cerebro, la persona experimentará problemas para hablar; o si presenta daño de las áreas visuales (ubicadas en la parte de atrás del cerebro), la persona presentará problemas para ver.
¿Cuáles son los signos de un ACV? Cuando aparecen síntomas neurológicos de manera brusca. Si los síntomas demoran días o semanas en instalarse, lo más probable es que NO corresponda a un ACV.
¿Qué hacer frente a la sospecha de un ACV?
Cuando se tapa una arteria, el área cerebral que depende de ella se va a dañar. Sin embargo, no se daña todo de una vez. Al principio la lesión es pequeña, pero a medida que pasan los minutos y las horas, esta va creciendo. Por cada minuto que pasa mueren 2 millones de neuronas. Por eso, el tratamiento del ACV debe ser lo más precoz posible. Entre más precoz sea la intervención, una mayor cantidad de neuronas se van a poder rescatar y mejores serán los resultados. Si se espera mucho tiempo, los tratamientos no serán efectivos y es posible que el paciente quede con secuelas severas.
Por lo tanto:
• Ante síntomas, acudir prontamente a un servicio de urgencias.
• No administrar ningún tipo de fármaco al paciente.
¿Cómo se trata el ACV?
En el caso del infarto cerebral (cuando se tapa la arteria) se pueden aplicar dos tipos de tratamiento:
• Hasta 4 horas y ½ después de iniciados los síntomas, se puede administrar un medicamento que disuelve los coágulos que han tapado la arteria.
• Hasta 6 horas después de iniciados los síntomas, se puede introducir un catéter a través de la ingle para llegar hasta las arterias del cerebro con el fin de destaparlas (similar al procedimiento que se realiza para destapar una cañería).
En el caso de la hemorragia cerebral (cuando se rompe la arteria) no existen tratamientos específicos. En algunos casos se puede realizar una cirugía para remover el hematoma, o en otros casos, si el hematoma bloquea la circulación interna del líquido cerebral se puede facilitar su drenaje mediante la instalación de un catéter en el cerebro. En cualquiera de los dos casos (infarto o hemorragia), la hospitalización en la unidad de tratamiento del ataque cerebrovascular (UTAC) permite manejar a estos pacientes de la manera más adecuada, evitar complicaciones y producir mejores resultados a largo plazo.
La UTAC corresponde a un espacio físico dentro del hospital, similar a la unidad coronaria en el infarto del corazón, donde existen profesionales de distintas disciplinas (enfermeras, TENS, neurólogos, fonoaudiólogos, kinesiólogos, etc) que trabajan de manera coordinada para ofrecer la mejor atención a estos pacientes
Senior woman in hospital office looking at brain ct-scan while discussing with doctor about diagnosis. Sick young woman and elderly medic with grey hair in clinic corridor.
Cuáles son sus síntomas?
Los síntomas dependen del lugar del cerebro que se ve afectado. Si se daña el lado derecho del cerebro, la persona experimentará síntomas en el lado izquierdo del cuerpo y viceversa. si afecta a las áreas del lenguaje, usualmente ubicadas en el lado izquierdo del cerebro, la persona experimentará problemas para hablar. Si presenta daño de las áreas visuales (ubicadas en la parte de atrás del cerebro), la persona presentará problemas para ver.
¿Cuáles son los factores de riesgo y/o conductas de riesgo para presentar un ACV?
La hipertensión arterial, especialmente cuando el tratamiento no es adecuado.
El sedentarismo y la dieta pobre en vegetales.
La diabetes y el colesterol elevado.
El tabaquismo.
Existen muchos otros, pero los nombrados son los principales.
¿Cómo se puede prevenir un ACV?
Controlar la hipertensión arterial.
Llevar una dieta mediterránea, baja en grasas saturadas.
Controlar la diabetes y el colesterol mediante tratamiento adecuado.
Eliminar el uso del tabaco.
La aspirina está recomendada sólo después de que el paciente ya ha sufrido un infarto cerebral o un infarto cardíaco, no como prevención.
La última publicación del Termómetro de la Salud Mental reveló que las mujeres muestran niveles más preocupantes asociados a su salud mental versus los hombres. Según sus datos, un 34,6% de las chilenas declara vivir en un estado moderado o severo de ansiedad, una cifra que va acompañada de síntomas de preocupación excesiva, problemas para relajarse, inquietud, angustia, enojo, entre otros. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 26% de las mujeres presentará un episodio depresivo a lo largo de su vida, frente al 12% de los hombres.
Y es que ser mujer se considera un factor de riesgo cuando hablamos de salud mental. Sin embargo, esto no es casualidad, pues existen factores biológicos y sociales que inciden en que el sexo femenino tenga mayor prevalencia de padecer trastornos mentales. Fernanda Pulgar, psicológica de nuestro Hospital Clínico Universidad de Chile menciona que, “las mujeres tienen mayor predisposición para tener peor salud mental por un componente biológico propio de las hormonas y por un componente cultural, porque siempre la sociedad nos permea y espera que tengamos labores y responsabilidad distintas de las que se esperan en los hombres”.
Las exigencias y demandas que se le hacen a las mujeres en términos de conciliación con el trabajo, la maternidad, su rol de cuidadoras y parejas, que se extrapolan con el trabajo doméstico que muchas veces no es compartido, contribuyen a una mayor presión y una percepción sesgada. “Las mujeres son mayoritariamente las encargadas de cuidar de sus familias, ya sea de hijos pequeños o de adultos mayores, lo que significa que llevan una doble jornada, y a veces incluso una triple. Esto se vio intensificado durante la pandemia, ya que las mujeres asumían la mayor parte de las responsabilidades domésticas en comparación con los hombres. Aunque esta dinámica está cambiando gradualmente, sigue existiendo una disparidad. Además, surge lo que se ha denominado recientemente como la carga mental, que se refiere a tener en mente todas las tareas y responsabilidades, tanto familiares, como de cumpleaños o compras, que a menudo no se comparten con la pareja”.
Todos estos factores, contribuyen a que exista una mayor vulnerabilidad de salud mental en mujeres. Si hablamos de estadísticas, de acuerdo a la misma encuesta, un 25,1% de las mujeres presenta trastornos de salud mental, mientras que en hombres es un 17,5%. La depresión en general mantiene números más o menos estables en términos de proporción, pero sigue teniendo mayor prevalencia en mujeres con un 20.2%. En términos de ansiedad, es un 30% en mujeres y un 22% en hombres, y así se desglosa que la mayoría de las patologías de salud mental afectan más al sexo femenino.
Cuadros depresivos en mujeres
La psicóloga Pulgar explica que, para desarrollar depresión, se requiere tanto un componente biológico como emocional, al igual que para su tratamiento. Esta afección se manifiesta cuando se experimenta consistentemente un estado de ánimo bajo. Si bien, todos somos susceptibles a episodios depresivos, esto no significa que estemos deprimidos todo el tiempo. Sin embargo, durante períodos difíciles, especialmente si hay mucha presión, escaso apoyo, dificultades económicas o problemas en las relaciones interpersonales, es más probable que ocurran cuadros depresivos.
“Para diagnosticar depresión se deben cumplir ciertos criterios sintomáticos que implican dificultades significativas para llevar a cabo las actividades cotidianas, y no, no es suficiente que simplemente te digan ‘ponle ganas’ o ‘ánimo’. Todo parece requerir un esfuerzo mayor y la presión social puede exacerbar esta sensación, especialmente cuando uno está más vulnerable. En estos momentos contar con una red de apoyo sólida es fundamental. Es esencial tener a alguien en quien apoyarse para las tareas diarias y también para hablar sobre lo que se está experimentando. En particular en el caso de la maternidad, es donde a menudo las mujeres pueden sentirse solas. Tener un hijo pequeño y pasar el día en un departamento sin compañía puede aumentar el riesgo de depresión. La falta de apoyo y la sensación de estar atrapada en espacios reducidos pueden contribuir al desarrollo de problemas psiquiátricos más complejos”, detalló.
¿Cuáles son las señales de alerta?
Antes de que ocurra un cuadro clínico depresivo o ansioso, existen señales de alerta que pueden indicar la necesidad de buscar ayuda o intervención temprana:
Cuando estamos pasando por etapas difíciles es probable que no nos sea fácil estar relajados. De modo esperable, nuestra mente y cuerpo podrán estar en un estado de alerta constante, intentando resolver con dificultad lo que está pasando. Esto sucede a lo largo del día y muchas veces continúa en la noche haciendo que nuestro sueño no sea reparador. Todo esto puede incidir en que nuestro dolor y fatiga aumenten.
Aprender a relajarse es muy importante y se puede lograr a través de actividades simples como leer un libro, bailar, realizar labores en la casa que nos gusten, escuchar música, cantar, dibujar, etc., nos comenta la psicóloga Paula Arriagada de la Unidad de Tratamiento del Dolor.
Una herramienta muy útil en el manejo del dolor crónico es el mindfulness. Mindfulness es una palabra que se usa para designar estados de conciencia dónde podemos estar en “atención plena”. Esto implica llevar nuestra atención de modo deliberado, sin juicio, al momento presente a través de un conjunto de técnicas de relajación y meditación que fueron creadas para disminuir el estrés y aliviar los síntomas de las enfermedades crónicas.
¿Cómo es útil el mindfulness en el manejo del dolor crónico?
Disminuye la tensión corporal.
Cuando estamos pasando por etapas difíciles es probable que no nos sea fácil estar relajados. De modo esperable, nuestra mente y cuerpo podrán estar en un estado de alerta constante, intentando resolver con dificultad lo que está pasando. Esto sucede a lo largo del día y muchas veces continúa en la noche haciendo que nuestro sueño no sea reparador. Todo esto puede incidir en que nuestro dolor y fatiga aumenten. El mindfulness nos ayuda a tener más control sobre donde ponemos la atención para evitar sólo focalizarnos en las zonas que duelen.
Disminuye el “pensamiento rumiante” o el darle vueltas incansablemente en nuestra mente a los asuntos que nos preocupan.
Ayuda a aceptar la experiencia de la enfermedad y aprender a vivir mejor con ella.
Ayuda a conocer a fondo sus gatillantes para generar estrategias efectivas para prevenirlos.
Disminuye la carga emocional y el estrés que produce por sí mismo el dolor crónico.
Existen numerosas investigaciones que han demostrado la efectividad del mindfulness en el control del dolor crónico y agudo. Así́ mismo, también demuestran que mejoran el estado de ánimo y calidad de vida de personas con enfermedades crónicas y les permite manejar mejor los estresores externos e internos.
Algunas técnicas de mindfulness para implementar en casa
Respiración consciente Focalizar unos minutos la atención en la respiración durante el día podrá ser de gran ayuda para aumentar la conexión con los estados corporales y disminuir la rumiación mental. Puede iniciar haciendo tres respiraciones profundas para después quedarse unos minutos respirando normalmente y poniendo toda la atención en las sensaciones físicas que el aire provoca cuando entra y sale de tu cuerpo. Puede observar las sensaciones que el aire provoca en las fosas nasales o cómo se mueven rítmicamente los costados de su tórax o abdomen cuándo entra y sale el aire. Si la mente trae preocupaciones o pensamientos, intente darse cuenta de ello y volver una y otra vez a focalizar en las sensaciones físicas de la respiración. No es necesario que los pensamientos se vayan, solo ponga su esfuerzo en darse cuenta cuando ellos llegan para volver a poner el foco en las sensaciones físicas de la respiración.
Respiración de los tres pasos Este ejercicio de respiración lo puede hacer varias veces en el día. Primero tome aire lentamente por la nariz, dejando que sea el abdomen el que se distiende al tomar aire en vez del pecho. Luego haga una pequeña pausa, sosteniendo la respiración para después dejar salir lentamente el aire por la boca (inhala – pausa – exhala). También puede inspirar contando tres, mantener contando tres y exhalar contando tres. Esta respiración puede serle de mucha utilidad en momentos en que se sienta particularmente estresado.
Entrar conscientemente al día Es habitual que al despertar en la mañana inmediatamente pensemos sobre lo que tenemos que hacer, prendamos la televisión o nos ocupemos rápidamente de tareas domésticas y/o laborales. Resulta importante darse unos minutos para tomar conciencia de cómo nos sentimos, cómo está nuestro cuerpo y qué nos ayudaría a llevar mejor el día. Esto puede tomarnos entre 5 a 10 minutos.
Detenerse, observar y respirar Durante el día y de modo regular haga pausas donde pueda tomar conciencia del estado de su cuerpo y de su mente. Al detenerse, ponga su atención en su postura, la posición de cabeza y cuello. Si tiene tensión en las mandíbulas, si siente sed, si hay zonas de su cuerpo más relajadas u otras más tensas, etc. Junto a esto, realice tres respiraciones profundas, tomando aire por la nariz y botando por la boca, intentando poner su atención en las sensaciones físicas más que en los pensamientos. Luego ponga la atención en intentar soltar y relajar conscientemente las zonas en que le sea posible hacerlo, ayudándose con la exhalación. Intente hacer este ejercicio varias veces en el día. Para esto puede servir poner una alarma.
Estirar y articular Cada cierto tiempo en el día, dése espacios para estirarse y mover suavemente las articulaciones. Para esto, podría cambiar el lugar en que está habitualmente, si es posible en el exterior o frente a una ventana y hacer algunos estiramientos y rotaciones suaves de las distintas partes de su cuerpo. Junto con a esto, intente poner toda su atención en el cuerpo y sus necesidades a la vez que respira profundo e intenta poder focalizar en cómo se mueve su cuerpo y qué sensaciones le son más placenteras y le ayudan a relajar tensiones. Si vienen muchos pensamientos o preocupaciones, intente dejarlos pasar y centrarse en su cuerpo. Recuerde que cada movimiento debe ser suave y no debe doler. Si le cuesta acordarse, puede programar una alarma que se lo recuerde.
Para no presentar molestias digestivas, ni alterar el rendimiento y la recuperación de los entrenamientos debemos tratar de planificar las ingestas de alimentos tanto antes como después a la práctica deportiva.
Esto implica reducir (que no excluir de la dieta) ciertos grupos de alimentos como las grasas y la fibra antes de entrenar y potenciar los hidratos de carbono acompañados en menor medida de proteínas.
En este artículo vamos a ir analizando alguno de los factores más importantes que valorar a la hora de planificar nuestra alimentación en torno al deporte.
¿Qué deberías tener en cuenta cuando comes antes de entrenar?
Sin la planificación adecuada una comida o un snack rápido antes de entrenar puede acabar causando molestias gástricas que afecten al rendimiento, pero también pueden suponer mayor tiempo de recuperación.
Vamos a poner un ejemplo simple, ¿crees que comiendo un plato de fabada justo 45 minutos antes de salir a correr te va a sentar bien? ¿o es más probable que te produzca gases y molestias? Seamos sinceros, entrenar con flatulencias no es lo más agradable, pero aun menos es la pesadez que va a producir comer esa fabada justo antes de entrenar.
Tanto el que comamos, cómo el momento, las características individuales, el tipo de ejercicio, la intensidad del entrenamiento, etc. van a ser factores claves para planificar las comidas previas y evitar las molestias.
El Tiempo
Normalmente si la ventana de tiempo desde la ingesta hasta el momento de entrenar o competir es menor a 2 horas evitamos consumir grasas, fibras y proteínas porque ralentizan la digestión y por tanto es más probable que perjudiquen el rendimiento.
En estos casos debemos optar por hidratos de carbono simples fáciles de digerir y que podremos tomar unos 30 minutos antes de entrenar incluso. Por ejemplo, si vamos a comer antes de entrenar por la mañana, podríamos tomar unas tostadas con mermelada 1 hora antes y un plátano 30 minutos antes de realizar una tirada larga a primera hora del día.
Sin embargo, si vamos a tener más de 2 horas entre la ingesta y la práctica deportiva, tenemos más opciones y podemos realizar diferentes variaciones, dado que podremos incluir no solo hidratos, sino también proteínas y grasas.
Volvamos al ejemplo anterior, donde vamos a realizar un entrenamiento a primera hora de la mañana, pero esta vez en ayunas. En este caso la ingesta anterior al entrenamiento será la cena, por lo que tenemos más de 2 horas entre toma y actividad física. Si bien no es interesante tomar alimentos muy grasos o muy altos en fibra, aunque haya tiempo para hacer la digestión, una buena opción para cenar podría ser una pizza casera con un poco de queso, verduras y proteína.
La cantidad
Ahora bien, independientemente del tiempo del que dispongamos entre ingesta y práctica deportiva, cuanto menos tiempo tengamos o más cueste digerir la comida, menor deberá ser la cantidad que comamos.
Es decir, no es lo mismo comerse una tostada de mermelada 30 minutos antes que comerse 10 tostadas en ese mismo periodo de tiempo. Es cierto que son hidratos de carbono simples y que tardan menos en digerirse que los alimentos altos en fibra o grasa, pero por mucho que se digieran mejor, 10 tostadas van a producir molestias si entrenamos tan solo 30 minutos después.
A medida que se acerca el entrenamiento, menor deberá ser la cantidad. Al igual que cuanta más grasa, fibra o proteína tenga el alimento, menor deberá ser la porción a ingerir.
Eso sí, aquí van a influir mucho las características del individuo, especialmente lo entrenados que estemos a nivel gástrico cuando hacemos deporte. Es decir, puede que, si estamos empezando, sólo toleramos una tostada con mermelada, pero que, si llevamos años corriendo, toleramos 3 tostadas.
Hidratación antes de entrenar
Un pilar fundamental en el deporte es la hidratación tanto antes como durante y después. Si antes de empezar a entrenar nos encontramos deshidratados, durante la práctica deportiva aumentaremos el grado de deshidratación o lo que es lo mismo, aumentar el riesgo de sufrir lesiones, calambres, se reducirá la capacidad de coordinación y concentración, etc.
Por tanto, durante el día a día debemos ir bebiendo agua para asegurarnos que al ir al baño antes de entrenar el color de la orina sea clarito (color limonada). Si el color de la orina antes de entrenar se parece al mosto o zumo de manzana diluido, estaremos deshidratados y deberemos beber agua antes de empezar a entrenar.
La comida dependiendo del entrenamiento
Yoga female cooking homemade salad
Aunque todo lo hablado anteriormente nos puede servir para la gran mayoría de casos, también debemos tener en cuenta el tipo de entrenamiento, dado que las molestias y las digestiones van a influir de diferente manera.
En definitiva, si queremos pautar correctamente lo que vamos a comer antes de entrenar para tener energía y no tener molestias, debemos considerar el tipo de entrenamiento.
Cuando realizamos algún entrenamiento de resistencia debemos poner en práctica los anteriores consejos.
Por un lado, necesitaremos tener los depósitos de energía realmente cubiertos para asegurarnos que no se gasten al poco de empezar a entrenar, por lo que más hidratos de carbono deberemos de consumir. Ten en cuenta que en los entrenamientos de resistencia tu gasolina será el glucógeno, es decir los hidratos de carbono almacenados.
Pero a su vez también debemos considerar que son entrenamientos que se ven más perjudicados por las molestias digestivas, por lo que consumir grandes cantidades de comida poco antes de entrenar o muy altas en fibra y grasas va a resultar más perjudicial.
Entrenamiento de Fuerza
No nos confundamos, que comemos antes de entrenar fuerza es importante. Que las molestias no sean tan frecuentes no significa que no debamos planificar que vamos a comer antes de hacer un entrenamiento de pesas.
Esta menor frecuencia de molestias gástricas nos permite incluir aquellos alimentos que debemos tratar de reducir los días de entrenamientos de resistencia intensos, sin dejar de lado los hidratos y las proteínas.
De nuevo, el que no se produzcan tantas molestias nos permite comer antes de ir al gimnasio algún snack simple o con algo más de proteína o fibra.
Eso sí, debemos evitar consumir grandes cantidades de alimentos, de grasas o fibras, así como aquellos alimentos que más molestias gástricas nos produzcan como pueden ser las salsas grasas, los fritos, las legumbres, etc.
5 Alimentos recomendados para después de entrenar
Arroz o pasta: recomendado por ser una gran fuente de hidratos de carbono y por tanto de energía.
Fruta: recomendado por su aporte de hidratos de carbono simples naturales que proporcionan energía inmediata para los entrenamientos.
Carnes blancas, pescados, huevos y sustitutos proteicos: recomendados por su aporte de proteínas que ayudarán a la reparación de tejidos y a la generación de tejido muscular.
Yogur: recomendado por su aporte de hidratos y proteínas, así como por su fácil digestión para ingerir poco antes de los entrenamientos de fuerza.
Tostadas de mermelada o puré de manzana: recomendados por ser fuente de hidratos de carbono simples de fácil digestión.
Recomendaciones y pautas nutricionales
Por tanto, cuando vayamos a entrenar lo primero que debemos preguntarnos es cuánto tiempo tenemos desde la ingesta hasta el entrenamiento. Si la respuesta es superior a dos horas podemos ingerir cantidades mayores y alimentos con más grasa, fibra o proteína. Pero si la respuesta es inferior a dos horas deberemos optar por alimentos ricos en hidratos de carbono simples, dado que van a ser más fáciles de digerir y nos aportarán energía rápida.Además deberemos prestar atención al color de la orina para saber si estamos hidratados correctamente, elegir los alimentos y las cantidades que más se ajusten a nuestras características e individualizar los tiempos con ayuda de un profesional.
Los seres humanos buscamos envejecer cada vez mejor y que nuestra calidad de vida nos acompañe muchos años y, para ello, lo importante es el balance global de nuestra alimentación; que sea equilibrada, variada y adaptada a cada individuo es clave para tener una buena salud.
Además, para conseguir este objetivo, en nuestro menú diario no pueden faltarlegumbres, frutas y verduras y frutos secos. También es importante dar prioridad al pescado frente a la carne roja, por su calidad proteica, que nuestra despensa esté libre de productos procesados, priorizar siempre la compra de mercado y beber al menos 2 litros de agua al día, que pueden reforzarse con infusiones como el té verde (cuyos beneficios están demostrados en la reducción de enfermedades cardiovasculares) y aquellas que contengan jengibre, cúrcuma, hinojo, cardamomo…
Fruta y verdura, claves de la longevidad
Los expertos en longevidad coinciden en que debemos consumir principalmente verduras y frutas como base de nuestra alimentación si queremos prolongar nuestros años de vida. Es fundamental que nuestro plato esté lleno de color gracias a una gran variedad de estos elementos, así garantizamos un aporte de antioxidantes y de vitaminas imprescindibles para nuestra salud.
Los estudios dicen que basta con contar con 2-3 porciones de fruta (siempre mejor de temporada) al día y procurar que haya siempre unos 600-800 gr de verdura al día.
Cabe destacar que no toda la verdura es igual, las verduras de hoja verde como espinaca, acelga, rúcula etc. por su composición han demostrado mejorar la edad cognitiva en grupos de pacientes.
Por otro lado, las cebollas, espárragos, alcaparras están plagados de polifenoles que tienen la capacidad de eliminar células senescentes.
Además, la verdura por su gran contenido en fibra favorece el buen funcionamiento de nuestra microbiota intestinal, lo que se refleja en el bienestar general. Imprescindible incorporar ajo, cebolla, alcachofa, espárragos, entre otros si queremos tener una microbiota sana y activa.
Los frutos secos y la reducción de la mortalidad
Los frutos secos son ricos en grasas beneficiosas para nuestra salud, pero también contienen proteínas, hidratos de carbono y fibras prebióticas.
Esta composición tan completa y variada, hace que sean también algo calóricos, pero no hay que tenerles miedo, ya que su ingesta tiene una baja absorción calórica dado que sus nutrientes son aprovechados por nuestro organismo.
El consumo de frutos secos está asociado a una reducción de un 19% de la mortalidad, por ello, incluir 15-20 gr. al día prolongará la longevidad entre otros beneficios.
Legumbres y cereales para vivir más y mejor.
Existen estudios que demuestran que el consumo de legumbres y cereales integrales entre 100-200 gramos diarios se asocia con una mayor longevidad.
Dentro de los cereales integrales, destaca la avena por su composición, ya que esta posee una gran cantidad de minerales, como el zinc, fósforo, magnesio, y tiene más fibra que el resto de los cereales. Además, es rica en betaglucanos, un tipo de fibra con muchos beneficios a nivel de salud intestinal.
Por su parte, las legumbres, son uno de los alimentos más completos, y debemos incluirlos en nuestra dieta a poder ser de forma diaria si queremos beneficiarnos de una mayor longevidad. Cuentan con mayor evidencia científica en este campo la lenteja y la alubia, sin embargo, bastaría con tener una buena variedad de legumbres en casa para incorporarlas a nuestros platos de forma habitual.
Hipertensión arterial, obesidad, diabetes, afecciones cardiovasculares, ciertos tipos de cáncer y enfermedad pulmonar crónica son algunas de las patologías que se agrupan dentro de las llamadas Enfermedades No Transmisibles (ENT) y que presentan alta frecuencia en la población chilena.
Según una publicación de la Revista Médica de Chile, el 85,8% del total de muertes que se produjeron en nuestro país en 2019, se debió a este tipo de patologías.
Pero no solo impactan en Chile. Según la Alianza ENT -organización no gubernamental que busca impulsar acciones para la prevención y atención de las Enfermedades No Transmisibles- alrededor de 41 millones de personas mueren al año a nivel mundial por esta causa, lo que representa el 71% de todas las defunciones.
Para tener una perspectiva de esta cifra, las muertes oficialmente atribuidas al Covid-19, desde su inicio en 2019 hasta junio de 2022, superan los 6 millones de personas.
Una de las acciones para prevenir estas patologías es la Semana Mundial de Acción sobre las ENT, que se realiza desde el 5 al 11 de septiembre.
Factores de riesgo
El Dr. Jorge Jalil, cardiólogo y Past President de la Sociedad Chilena de Hipertensión, enfatiza que las ENT comparten varios factores de riesgo: sedentarismo, sobrepeso/obesidad, tabaquismo, alimentación no saludable y uso nocivo del alcohol.
“Según la última Encuesta Nacional de Salud, el 27,6% de la población en Chile presenta hipertensión arterial y el 12,3% tiene diabetes mellitus. A eso le sumamos que el 33,3% es fumadora, el 86,7% es sedentaria y el 74,2% tiene sobrepeso, obesidad y obesidad mórbida. Todos estos índices exacerban estas enfermedades, representando un riesgo aún mayor de enfermedades cardiovasculares y también otras ENT”, destaca.
El especialista advierte que en el último tiempo ha habido un notable aumento de la población menor de 40 años, que está presentando algún tipo de enfermedades no transmisibles, con el consiguiente peligro que ello conlleva.
“La hipertensión es considerada una de las enfermedades severas más catastróficas porque, entre otros motivos, es silenciosa y mucha población es hipertensa. Por lo tanto, al no ser tratada, aumenta el riesgo de accidente cerebro vascular, infarto al miocardio, daño renal crónico o insuficiencia cardíaca y demencia”, subraya.
En relación con la diabetes, los pacientes corren el riesgo de sufrir una serie de consecuencias que pueden causar la muerte o discapacidad, como la ceguera a causa de retinopatía diabética, infarto cardíaco, pérdida de una extremidad por oclusión de los vasos arteriales.
Chequeos preventivos
La buena noticia es que, aunque exista predisposición familiar para desarrollar este tipo de enfermedades, se pueden evitar mediante la incorporación de conductas preventivas y hábitos saludables.
“Si, por ejemplo, una familia es propensa a la hipertensión o diabetes, es importante empezar a controlarse desde joven para tomar precauciones y no esperar a que se establezca la enfermedad”, aconseja el Dr. Jalil.
El cardiólogo hace hincapié en la necesidad de medirse alrededor de los 20 años el colesterol, presión arterial y niveles de glucosa. Así como también controlar la presión arterial de los menores de edad, en el control de niño sano.
Cambios de hábitos
Aunque el cambio en los hábitos de las personas es crucial, el especialista reconoce que es uno de los aspectos que más cuesta modificar. “Hay que tratar de hacer un cambio a la vez y es necesario repetir un determinado número de veces para que se cree un hábito”, sostiene.
En relación a la alimentación, lo fundamental es cuidar la ingesta de carbohidratos de absorción rápida, como pan, galletas, papas, arroz, fideos, productos azucarados y un largo etcétera. “A mayor consumo de carbohidratos aumenta la obesidad, colesterol, riesgo de diabetes, entre otros”, agrega.
El Dr. Jalil aconseja optar por legumbres porque son más proteicas y, en general, consumir una dieta equilibrada, rica en verduras, pescado y disminuir -pero no eliminar- carbohidratos y carnes rojas.
Para romper con el sedentarismo es necesario moverse a diario, y varias veces en el día. Caminar de 45 minutos a 1 hora en el día (que no tiene que ser continuo) permite gastar, en promedio, entre 200 y 400 calorías, que multiplicado por 7, suelen suponer un gasto total por actividad física mayor a las 3 horas de aeróbica hechas en un gimnasio durante la semana.
Algunas ideas para romper con el sedentarismo:
• Pausas activas: programar una alarma para que se active cada 1 hora, y caminar o moverse por 3 a 5 minutos. • Privilegiar escaleras por sobre ascensores y escaleras mecánicas. • Bajarse unas cuadras antes de la parada habitual de micro o metro, para caminar hasta el lugar de destino. • Cuando existan pausas o descansos, que son obligatorios, hacer series cortas de sentadillas u otros ejercicios. • Si se está con teletrabajo y se cuenta con el espacio, caminar mientras se atienden llamados. • Si el trabajo obliga a pasar 8 horas sentado delante de una pantalla, cambiar de postura de manera regular. • Aprovechar las tareas del hogar para moverse más. • Lavar el auto. • Regar las plantas. • Compensar una eventual vida sedentaria con actividades o hobbies que conlleven cierto esfuerzo físico. Por ejemplo, una clase de baile o un curso de jardinería.
Cada 4 de febrero, organizaciones sociales y científicas conmemoran el Día Mundial Contra el Cáncer, una fecha que reúne a personas de todo el mundo para unirse en la lucha contra esta enfermedad, que constituye una de las principales causas de mortalidad y discapacidad a nivel mundial.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente 18 millones de personas fueron diagnosticadas con cáncer el 2020. De estos casos, casi 10 millones terminaron en defunciones. Una cifra alarmante que solo espera aumentar con el paso de los años.
Para el 2040, se estima que los casos suban a 26 millones. Paralelamente, las muertes asociadas a cáncer se proyectan en 16 millones. Estos datos revelan un problema de salud global de proporciones enormes, que exige una atención urgente y estrategias efectivas para abordar esta crisis progresiva.
¿Qué es el cáncer?
La Dra. Olga Barajas, jefa del Servicio de Oncología del Hospital Clínico Universidad de Chile, detalló que el cáncer es una enfermedad multifactorial que surge por la alteración de las células. «Aunque las células normales poseen diversas capacidades y mantienen un orden específico, a lo largo de su vida, puede verse afectada por varios impactos, acumulando daños y alteraciones. Esto produce mutaciones que se suman con el tiempo, llevando a que la célula pierda su habilidad de permanecer en su lugar y de mantener sus características habituales. En cambio, adquiere propiedades para crecer desordenadamente, invadir órganos específicos, viajar por el torrente sanguíneo, vasos linfáticos y anidarse en otras áreas, dando lugar a las metástasis».
Y añade: «El cáncer generalmente se origina en una célula que experimenta daño, y esta célula inicia una expansión descontrolada, adquiriendo las características mencionadas. Aunque nuestro sistema inmunológico y el cuerpo en general cuentan con mecanismos para regular estas células, en ocasiones se ven sobrepasados».
¿Cómo se trata el cáncer?
En la oncología, el tratamiento es siempre de manejo multidisciplinario, donde confluyen diferentes especialidades que entregan un correcto diagnóstico y terapia.
Cirugía: operación o procedimiento que tiene como objetivo remover el tumor y posible tejido circundante.
Quimioterapia: consiste en la administración de medicamentos de forma endovenosa u oral para eliminar las células tumorales. Este tratamiento se puede realizar antes o después de una cirugía con el objetivo de disminuir el tamaño de un tumor o de preservar un órgano.
Radioterapia: tratamiento que usa altas dosis de radiación para destruir células cancerosas y reducir tumores. Se puede utilizar para tratar muchos tipos de cáncer o en combinación con otros procedimientos.
Inmunoterapia: se utilizan sustancias producidas por el cuerpo o en un laboratorio para mejorar el sistema inmunitario y ayudar al cuerpo a destruir las células cancerosas. Esta nueva inmunoterapia -que se suele usar en tumores más avanzados- se conoce como inhibidores del checkpoint anti receptores PD1 y PL1.
Terapias target: terapias dirigidas a ciertos receptores de las células tumorales, con el fin de eliminarlas y disminuir las toxicidades. A diferencia de la quimioterapia que actúa sobre las células de rápido crecimiento y sin distinción, esta terapia está dirigida a las células cancerígenas receptoras.
¿Cuáles son los síntomas?
Si bien los síntomas pueden ser variados dependiendo del tipo de cáncer, existen algunos signos de alerta generales:
Baja de peso inexplicable
Anemia
Fatiga extrema
Sudoración nocturna
Fiebre sin origen
Cansancio crónico
Ictericia
Factores de riesgo
Antecedentes familiares
Consumo de tabaco
Exposición a rayos ultravioleta
Consumo de alimentos ultraprocesados
Obesidad
Sedentarismo
Conciencia y educación
«Es importante que tomemos conciencia que esta es una enfermedad que está en aumento, y que por lo tanto, es fundamental tomar todas las medidas preventivas. La educación debe comenzar desde pequeños, en el hogar o colegio, implementado hábitos alimenticios, de deporte y salud. Las campañas tienen que hacer visible que el cáncer ya no es sinónimo de muerte, sino que, con un correcto diagnóstico y el avance de la medicina, los pronósticos son cada vez más diferentes», expresó la Dra. Barajas.
En sus palabras de cierre, el Dr. Navarrete entregó consejos para pacientes geriátricos: «Invito a todas las personas mayores de 65 años que tengan cáncer que se atiendan o no en el Hospital de la Universidad de Chile. Aquí tenemos una unidad altamente especializada para que vengan a una evaluación y ver realmente cuál es el mejor tratamiento para ellos, porque las personas mayores requieren un abordaje diferente a las más jóvenes».
La lactancia materna es la forma de alimentación que contribuye con mayor efectividad al desarrollo físico y mental del niño, proporcionándole nutrientes en calidad y cantidad adecuadas. Se recomienda que el niño reciba leche materna en forma exclusiva durante los primeros seis meses de vida y que constituya parte importante de la alimentación hasta los dos años. Las curvas de crecimiento confeccionadas a partir del peso y talla de niños alimentados con leche materna exclusiva los primeros seis meses de vida, muestran un crecimiento superior al de las de referencia basadas en los pesos de niños con lactancia mixta o artificial.
La leche materna ha sido definida como un fluido bioactivo, que permite a los niños así alimentados tener menor riesgo de contraer enfermedades infecciosas y presentar menor incidencia y severidad de éstas. La leche humana contiene una variedad de elementos inmunológicos que destruyen bacterias, virus y parásitos. Esta propiedad es más relevante en países en desarrollo con elevadas cifras de morbimortalidad infantil por enfermedades diarreicas u otras infecciones. La leche humana, además de dar inmunidad pasiva al niño, acelera la maduración de sus órganos y sistema inmunológico.
Beneficios de la lactancia materna
Los niños amamantados tienen un mejor desarrollo de los arcos dentales, paladar y otras estructuras faciales y presentan una incidencia menor de caries que los niños que reciben mamadera.
Se ha observado que los niños amamantados son más activos, presentan un mejor desarrollo psicomotor y mejor capacidad de aprendizaje.
También se ha demostrado que niños prematuros alimentados con leche materna tienen un coeficiente intelectual, medido a los ocho años, significativamente superior a los que no recibieron leche materna.
Investigaciones recientes muestran una mayor agudeza visual entre los niños que fueron amamantados comparados con los alimentados con fórmula.
Al amamantar, el contacto piel a piel favorece el apego y estimula la creación de vínculos de amor y seguridad entre la madre y el niño, permitiendo que éste afirme su presencia como persona a través de la interacción con su madre.
Es por ello que se considera que la interacción del niño o niña durante los primeros días, semanas y meses con sus padres, y la formación de las bases de su personalidad y seguridad en sí mismo, están estrechamente ligadas al amamantamiento.
La succión de la mama inmediatamente después del parto puede reducir en la madre el riesgo de la hemorragia, y estimula la secreción de oxitocina, lo que favorece la salida y el flujo de la leche y retracción del útero. La lactancia produce cambios metabólicos en la mujer que le ayudan a aprovechar mejor los alimentos que ingiere. Se asocia con un menor riesgo de cáncer de ovario, de endometrio y mamario en la premenopausia.
La lactancia es uno de los métodos más efectivos para espaciar los embarazos. La amenorrea de la lactancia exclusiva ofrece una protección de un 99% contra un nuevo embarazo durante los primeros seis meses.
En poblaciones donde los accesos a los métodos de planificación familiar son limitados o inexistentes, la lactancia exclusiva permite espaciamientos de los embarazos de alrededor de dos años. Un mayor intervalo entre los nacimientos permite a la mujer tener tiempo para recuperar sus fuerzas y su estado nutritivo antes de tener otro niño.
La lactancia permite un importante ahorro de recursos a nivel familiar y de la sociedad. Los productos sustitutos de la leche materna son caros y en ocasiones deben ser importados, lo que genera un gasto importante de divisas para el país. Las familias de muy bajos recursos alimentan a sus niños con mezclas diluidas de poco valor nutritivo, que no contribuyen a un crecimiento y desarrollo adecuados. Aportarle nutrientes adicionales a la madre que amamanta resulta más barato que comprar productos sustitutos de la leche materna. Favorecer la lactancia significa, además, ahorro de recursos para los servicios de salud por concepto de fórmulas, biberones y personal. La menor incidencia de enfermedades del lactante determina menor gasto de recursos en hospitalización, medicamentos y atención profesional.
Los recién nacidos prematuros y con bajo peso al nacer se benefician enormemente al mantener el contacto piel-piel con sus padres: el denominado Método Canguro (KMC) es una intervención ampliamente respaldada por la Organización Mundial de la Salud, quien ha visto con preocupación cómo la pandemia por Covid-19 ha reducido o detenido el contacto de los recién nacidos y sus padres.